Dada la visita de Nancy Pelosi a Taiwán, la rapidez de la cadena de suministro de tecnología global podría peligrar gracias a China, cuyas relaciones con Estados Unidos se han visto mermadas tras el acontecimiento. No es ningún secreto que a China no le ha hecho ninguna gracia que la presidenta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos haya viajado a Taiwán.
Este descontento del país asiático podría palparse en el sector tecnológico, utilizado como un arma comercial contra EE. UU, hasta ahora beneficiado de unas excelentes relaciones diplomáticas y comerciales con China cuyos efectos se traducían en costes más bajos para las empresas cuyo centro de producción se localizaba en el gigante asiático, acceso a materias primas de mayor calidad o gran rapidez de comercialización de productos entre ambos países.
Sin embargo, tras el acontecimiento producido en Taiwán, lo más probable es que China responda ralentizando la cadena de suministro cuando su destino se trate del país americano, pues, por mucho que las relaciones entre ambos países estén sufriendo por este incidente, esta situación no se traducirá en ningún conflicto diplomático entre ellos.
Al hacer que la cadena de suministro trabaje de forma más lenta, esto tendrá sus consecuencias a nivel global, económicamente hablando. Entre las diversas formas en que se podría producir este retraso sería a través de aranceles que afectasen a Taiwán y a los Estados Unidos o mediante una reducción en la producción de productos terminados o de piezas esenciales para la fabricación de productos comerciales.
En cualquier caso, de producirse tal acontecimiento, EE. UU no se quedaría de brazos cruzados y trataría de encontrar alguna forma u otra de perjudicar a China por las sanciones en busca de volver al punto de partida.
Según Gene Munster, cofundador de Loup Funds, una firma de inversión en tecnología impulsada por la investigación en el sector, su predicción es que la cadena de suministro global se verá aun más ralentizada que durante estos meses.
Si bien son todo especulaciones, la idea de que, hoy en día, no hay tantos conflictos directos entre países sino que se trata de conflictos comerciales es una realidad a la que ya estamos acostumbrados. Es por esta razón por lo que no resulta descabellado pensar que China no vacilará en aprovechar todos los recursos y medios adquiridos durante estas décadas y que tanto poder e importancia le han brindado en el panorama internacional con tal de mantener las buenas relaciones con EE.UU. y su apoyo en lo respectivo a la cuestión del dominio sobre Taiwán.